LA ESTRATIFICACIÓN KAPUT
Por
Hugo Neira Sánchez
Hace 30 años el presidente Betancourt (1984)
para parar un paro grave en Antioquia, de usuarios del servicio eléctrico, uso
una medida reciente aprobada por el Congreso de la Republica por iniciativa de
un congresista valluno, y que se estaba implementando en Cali, la famosa estratificación que conocemos. El problema no
era implantarla sino como hacerlo, para cumplir los fines de los que decían que
era para distribuir equitativamente los ingresos.
Como siempre ha pasado en el país, se
determinan mediadas dictadas por burócratas “sabios”, y medidas decretadas por
inoficiosos Congresistas, nunca preguntan a sus partidarios su aceptación ni
mucho menos ven sus consecuencias, además nunca lo ensañan con un “modelo
piloto” sino lanzan al país a un destino incierto, actualmente lo vimos en el
caso de los pases.
Como jefe de Planeación y obras de
Electroliza recibí las ordenes de implementar la estratificación en la
Electrificadora del Tolima con sorpresa, sin indicación alguna como hacerlo,
pero si con un tiempo corto para implementarla, con su correspondiente sanción
si no se efectuaba, En ese tiempo la Empresa comenzaba a tener un déficit
económico, especialmente primero nos habían quitado una parte de la generación
de Hidroplano, segundo, las grandes inversiones en Electrificación rural, casi
con recursos propios que no habían sido correspondidas eficazmente ,ni por el gobiernos Nacional, departamental, ni por
la Federación de Cafeteros, aunque muchos sigan insistiendo que los culpables
eran las prestaciones de los trabajadores.
Viaje a Cali, para ver su implementación y
encontré con sorpresa que primero trataron de implementarla como lo aconseja la
ONU-Habitad actualmente sobre los
ingresos de las personas, pero era imposible pues la información era precaria
en ese tiempo y se tenía que ir preguntando de puerta a puerta, con resultados
inciertos; con la mentira de muchos y el rechazo de otros, pues se comenzaban
los secuestros máximos Resolvieron hacer una formula donde se le introducían
bastantes componentes, pero todo al final se relacionaba con la vivienda y sus
alrededores, con estructura física, servicios etc.,
Ya en Ibagué vi que era difícil usar esa
fórmula por el tiempo dado, y como era 6 estratos considere que era fácil
hacerlo a ojo por el conocimiento que tenía de la región y así lo hice sobre
todo el Tolima, tratando como decían de no socavar el problema económico de la
Empresa.
Más tarde en una reunión para unificar el
“despelote” de criterios que se estaba usando en todo Colombia, se llegó a la
conclusión que la única base de información cierta era la de Instituto Agustín
Codazzi y que esta estratificación se debía hacer sobre vivienda, como lo hice,
primero se hizo global por Barrio y más tarde individual En esta reunión
manifesté que era absurdo estratificar clases sociales y que Colombia era el único
pais del mundo que lo hacía con un retroceso en su modernidad, con excepción de
la India que era ancestral , me consideraron un retrogrado y un enemigo de los
avances sociales y siento un placer que ahora la ONU- Habitad me concede la
razón después de 30 años, a decir que esta medida hay que derogarla pues ;
Segrega (Al clasificar a la gente por la vivienda, ha fragmentado las ciudades
en barrios de pobres y de ricos). Estigmatiza (Ser de estratos bajos se
convirtió en un estigma para las personas, que son tratadas según el sitio
donde habitan.) Excluye (Personas que viven en estratos medios y altos y
necesitan subsidios no reciben ninguna ayuda por vivir en esos sitios.)
Inequidad (Personas y familias que han superado problemas siguen recibiendo
subsidios debido al sitio donde viven.) Frena proyectos. (Muchos proyectos se
frenan porque implican subir el estrato, y la gente no quiere pues esto sube
las tarifas.)
Como consecuencia inmediata en 1984 fue la
baja de ingreso un 30% de Electrolima, y el sacrificio de la clase media de las
ciudades intermedias pues con muchos esfuerzos había conseguido una vivienda
acorde con sus ideales y ahora el Estado los castigaba por ahorrar y tener superación de vida, pues una casa
de estrato 4 y 5 de Ibagué está lejos a
una casa del mismo estrato en Bogotá. Además se fomentó la corrupción de los
“vivos” y viviendo en Ibagué encontré más tarde, viviendas en Piedra Pintada
que no corresponden al estrato del Barrio. Como lo hicieron, puede ser con la
“mermelada” que menciona nuestro presidente.
Una medida absurda con buenas intenciones
que cumple el dicho “que el camino al infierno está lleno de buenas
intenciones”, muestra la ineficiencia del Estado en información y que por fin culmina, y estuvo siempre en
contravía del dicho, “no se debe regalar pescado a diestra y siniestra sino
enseñar a pescar”. Pero el Estado populista y el Consejo de Estado sigue
despilfarrando los recursos, el uno regalando y el otro castigando con si el
único “mayor de edad” fuera el Estado
Los expertos advierten otro problema
estructural. “Con el tiempo, los estratos se han convertido en una marca
social, en un sello que excluye a las personas por el lugar donde viven”,
advierte González.
“La
gente se acostumbró a decir que una persona es de tal o cual estrato, y cree
que eso está bien, pero eso en un Estado Social de Derecho no es normal”,
afirma Lippi. (Asesor ONU-habitad)
Mientras la discusión sobre el tema avanza,
Bogotá termina de elaborar un documento para proponerle al Gobierno Nacional
que incluya la eliminación de los estratos socioeconómicos en el nuevo Plan de
Desarrollo del país.
En
otros países funciona así:
En Chile se utiliza la Ficha Social. Es una
encuesta que se aplica a las personas para establecer sus condiciones
socioeconómicas. De ahí se deriva un puntaje que permite acceder a beneficios
estatales.
En Brasil, los programas de ayuda tienen en
cuenta el ingreso de las personas y las características específicas, como los
hogares donde hay mujeres embarazadas, niños y adolescentes. También, los
hogares con adultos mayores de 65 años y personas en condición de discapacidad.
En Costa Rica se utilizan datos del censo
nacional y de la encuesta de hogares para determinar en cuál estrato
socioeconómico se ubica cada habitante. El dato clave es el ingreso familiar.
Con esa información, las autoridades determinan quién califica o no para
recibir subsidios y ayudas estatales. Se cuenta con el Sistema de Información
de la Población Objetivo (Sipo), que es una especie de padrón con los datos
socioeconómicos de las personas que reciben ayuda o podrían recibirla. Tienen
problemas con la actualización de los datos. (Gómez Yolanda Subeditora de
Bogotá, Llegó la hora de acabar los estratos? El Tiempo 14 de Julio de 2014)