Las medias verdades del excongresista
García. Parte II
EL
BOOT
Por: Hugo Neira Sanchez
La mayoría de las personas han
oído sobre el contrato en forma de BOOT,
sobre las construcciones de obras de infraestructura en el Oriente del Tolima,
sector político del exsenador García que beneficio a las poblaciones de Melgar,
Cunday, Villarrica, Carmen de Apicala e Icononzo. Dicho contrato fue una de las
causas de la quiebra de la Electrificadora, aunque no lo quiera reconocer
economistas importantes como Silverio Gómez, que como siempre buscan a los
trabajadores para echarle el agua sucia.
En la década de los años 60,
recientemente creada la Electrificadora del Tolima, se conectó al sistema de
transmisión nacional, Melgar y Carmen de Apical donde se colocó en cada una,
una subestación de 34.5Kv/13.2KV, financiado por el Plan Prado. Melgar y sus
alrededores desde el gobierno de Rojas Pinilla, comenzó a llamar la atención de
los Bogotanos como un centro turístico no solo por estar cerca de Bogotá, sino
el de tener un clima cálido. Desde ese
momento comienza a crecer en forma inusual la demanda de energía y, se acentuaba
mas en la semana Santa, donde la demanda pico no era suficiente para sus
necesidades, por ese motivo la Electrificadora en la década de los años 70, incluyó
en su Plan ICEL-BIDno solo terminar de
conectar a todas las poblaciones del Tolima al sector eléctrico (Plan
realizado), y además de reformar la
línea de 34.5KV Flandes-Melgar, una nueva subestación en Melgar cambiando la
vieja, construir las líneas de conexión para las poblaciones del Icononzo,
Cunday,Villarrica y, reformar las redes urbanas de Melgar y Carmen de Apicala.
Estas obras realizadas en la
década del 70 en Melgar, no satisfacío las necesidades de este centro
turístico, aumentando las quejas porel mal servicio, porese motivo Planeación y
Obras a cargo mío comencé a colocar la Obra Flandes-Melgar 115 Kv y la
subestación Melgar 115/34.5/13.2 Kv como prioritarias, no tuve eco durante
varios años, ya que por los problemas financieros de la Empresa, debidos
especialmente en el año 1984 en el gobierno “populista” de Betancourt, por cambioen el cobro de energía de carga
instalada por estratificación bajaron las tarifas en un 40%, dando un “golpe
bajo”a las necesidades económicas de la empresa. Pero esto no me impidió
conseguir un terreno entre Melgar y Carmen de Apicala para colocar la nueva
subestación y comprar algunos postes para la línea de 115Kv, que yacieron
durante mucho tiempo sin uso alguno en la zona. Los cambios en la dirección de
la empresa, con dirección errática del gerente del Icel, con la llegada de
gerentes a la Electrificadora del Tolima, no afines a la región con el
beneplácito de dirigentes económicos del Tolima, ente ellos los dela ADT, ANDI
etc.., llego el doctor Nicholls quien para llevar a un puesto a un amigo, me
solicito el cambio de Jefe de Planeación de Obras aldel Jefe de las Plantas
hidráulicas entre ellas Hidroprado, desde ese momento perdí el rumbo del problema eléctrico del Oriente del Tolima.
En la década del 90 el problema
eléctrico de este sector, estallo en un paro cívico que no había forma que el
gobierno no encontrara forma de no arreglar este problema. El gerente era Pedro
León Gómez, conservador pero venia del sector público, antiguo empleado de la
Federación de Cafeteros y muy allegado a la ADT. Su dirección acertada comenzó
a mejorar la situación de la empresa, no solo se encontró con los apagones de
la presidencia de Gaviria sino también con este problema. El afán de Gaviria
para corregir los problemas estructurales, que habían producido las medidas de los gobiernos anteriores al considerar que
el sector eléctrico no necesitaba más ayuda oficial, empleo la constitución del
92 donde le abría el camino a la inversión privada, no encontraron otro medio
sino contratar con la nueva forma en el sector eléctrico los BOOT. Comenzaba a
oscilar la contratación entre privada y pública, a conveniencia del
contratista, además no se había estructurado
su vigilancia estatal.
BOOT (Build, Operate,
Own,Transfer) : es una modalidad de contrato según el cual una compañía privada
se compromete a construir y operar, ser propietario y después transferir los
activos a la administración. Dada la magnitud de las inversiones en esta clase
de contratos se suele suscribir por períodos largos de tiempo, 20 a 25 años. En
la utilización de contratos como el BOOT es preciso ser cuidadosos en la
identificación de los riesgos y repartirlos adecuadamente, de tal manera que la
contraparte más capaz para controlarlos, los asuma. Muchas veces los
funcionarios del sector público no tiene la suficiente capacidad de valorar los
riesgos y por lo tanto los asumen sin tener en cuenta consecuencias perversas
que pueden aflorar y que determinan disminución de la eficiencia.
A la convocatoria para la
construcción de la Línea 115Kv Flandes-Melgar y la subestación 115/34.5/13.2 Kv
se presentan dos firmas; una de Medellín y la otra del Tolima conformada por la
Financiera del Tolima y Benhur Herrera. Faltando 15 días Benhur Herrera se
retira en forma imprevista de la unión con la Financiera, dejando a esta “en la
brocha”. Por lo tanto solo participan dos: La de Medellín y la de Herrera. En
la investigación de los papeles que presentan es eliminado el de Medellín, por
falta de un requisito banal. O sea queda
como contratista solamente Herrera. Esta adjudicación controvertida, tuvo su
punto estelar cuando por ley tenía que llamar a los convocados por ley para
expresar como se había adjudicado, el señor Peñaloza gobernador “que en paz
descanse” mando un telegrama a los de Medellín a las 10AM para que se reunieran
a los 2 PM del mismo día en Ibagué, hecho que no se podía cumplir y, que fue
denunciado ante la procuraduría de la
Nación, quien sanciono por perdida de investidura a el señor Peñaloza y a un
miembro de la Junta Directiva el señor Cárdenas, delegado del Ministerio de Minas, realmente
“el caballo de Troya”, ya que Herrera lo pudo colocar en puestos claves
en Icel y el Ministerio que le colaboraba en su contratación, es tanto que
Cárdenas renuncia a su puesto y, a la semana ya estaba manejando el proyecto
del BOOT, hecho prohibido por Ley y, es el cáncer del país cambiarse sin
sonrojo de camiseta, como paso actualmente con el gerente de Enertolima.
El Dr. Pedro León nos reunió a
los jubilados para explicarnos la razón de la adjudicación a Herrera, le anote
mis objeciones, un contratista que había causado problemas financieros
anteriormente a la empresa, como era que hoy le adjudicaban un contrato con
esta nueva modalidad. El señor Herrera Ingeniero civil trabajador antiguo de la
CHEC, contrato en el año 1984, la construcción de la Subestación San Felipe
220/115K, importante para el Norte del Tolima. Su contrato original fue de $90
millones. Aprovecho hacer una explanada no autorizada, en el tiempo de la
erupción del Nevado de Ruiz. Se fue a demanda, y en vista de la necesidad de
construir esta subestación para darle un apoyo a la región después de este
desastre, se llegó a un acuerdo con el contratista llegando el costo de este
proyecto a $500 millones. Más tarde por
afinidad que éltenía con funcionarios del ICEl, se le contrato para la parte de
la Electrificadora del Tolima la construcción de la Subestación Mirolindo
220/115/34.5 Kv por un valor cercano a los $500 millones, pero por demoras en
el suministro de materiales, el contratista Herrera se declaró en “paro de
brazos caídos”, o sea que tenía personal parado perjudicándolo, (personal que
estaba trabajando en las subestaciones de la CHEC, donde yo era interventor),
por esta razón este contrato llego a $1.200 Millones. Dicen que al perro no lo
“” dos veces, pero parece que son puro cuento.
Dicen que lo que comienza mal
termina mal y, esto paso con el proyecto
BOOT. Los términos del contrato casi fueron hechos por el contratista, incluyendo
su proyección económica, el cual no solo
quedo comprometido originalmente el recaudo de la zona beneficiada sino también
todo el Tolima. Mientras el contratista era asesorado por economistas
importantes de la U: de los Andes con sendas computadoras, los de la
Electrificadora asesorados por personas que desconocían totalmente el nuevo
modelo de contratación, usaban simples calculadoras. O sea era una pelea de
negociación de “burro” amarrado” contra León hambriento. .
El contrato originalmente es firmado
por casi $6000 millones, favorable 90% al contratista, pues lo dejan diseñar la
obra, manejar el alimentador de 115Kv de la Subestación Flandes 115/34.5Kv etc.
Esto hizo que el contratista con el pretexto de protección cambio la ubicación
de la subestación, disminuyendo la línea 115 Kv, pero alargando los
alimentadores de 34.5Kv. Dije a su
tiempo que era como permitirle al ratón comprar el queso que se va a comer.
Además con un documento que poseo, se comprometió el contratista para que le
adjudicaran el contrato, no pedir adicciones al contrato.
Con todas estas irregularidades
el contrato sigue, y es donde el exsenador García afirma haber conseguido un
dinero que era una suma cercana al primer contrato, pero no dijoque este dinero
era de regalías y que pertenecía a todo el Tolimay, que por ayuda de él fue entregado para esta
obra, que no tenía otro fin sino pagar la deuda inicial. Pero esto no sucede
sino le amplían a un nuevo contrato y al contratista le dan este dinero, que en
esa época no se supo cómo se usó, lo cierto es que en ese momento aparece el
nuevo gerente Hernando Mejía, veterinario, persona que lo único que tenía en su
haber era la quiebra del “Fondo Ganadero”, sin ningún conocimiento del sector
eléctrico, era como colocarle un “tegua” a un paciente que hasta ahora se
estaba mejorando y, además solo tenía el
propósito de colaborar con el contratista.
Su nombramiento es controversial, según el exsenador era candidato de la
ADT, no creo pues el gerente Pedro León era
conservador, venia del sector privado y dejo este puesto pues le prometieron un
puesto de asesor en ICEl, donde estuvo durante varios años. Hernando Mejía
llegaba puede ser por iniciativa privada, pero tuvo la bendición del Ministro
de Minas “el mitimiti”, quien era muy allegado a Herrera y el visto bueno
político, allí es donde aparece el exsenador.
Comienza el carrusel de
ampliación del contrato, de todo lo imaginable, hasta llegar a un valor de casi
$35.000 millones. Se contrató la administración de la salida de 115KV de la
línea Flandes-Melgar 115KV en la subestación Flandes. En ello se incluía el
personal con sueldos en dólares, hasta jardineros, como si fueran a mantener
los jardines de la Reina Isabel de Inglaterra, y no el “el charrascal” de la
subestación Flandes.
El señor Mejía, con esto no contentó
al contratista y, con la ayuda dela
Junta directiva donde estaba el exgobernador García, el gobernador Peñalosa
(Rip), la señora eterna representante de la Andi Doña María Cristina Lara
(quien manifestó más tarde que no sabía lo que había firmado; otro Samper), el
representante de la Federación de cafeteros muy amigo de Herrera (Gracias a
Dios que no se presentó como candidato para la gobernación del Tolima) y, el caballo de Troya del señor Herrera el
Ingeniero Cárdenas (representante del Ministerio de Minas) y, el ex secretario de obras públicas del Tolima
yex alcalde del Líbano Ingeniero Besarion Moreno (Rip), quien como constan en
las actas de la Junta Directiva se opuso a toda estas adiciones,pero siendo
minoría no pudo parar las adiciones, que llego al extremo de querer contratar
por este medio, el cambio de contadores de todos los subscriptores de esta zona
de influencia, hecho que causo el estallido de los ingenierosde la
Electrificadora del Tolima, quienes pararon las actividades, único hecho que no
tuvo resonancia en los periódicos de Ibagué, pues algunos de ellos eran afines
a Mejía, esto hizo renunciar a este “honorable y buena persona” como dicen
muchas personas en Ibagué.
Como consecuencia la
Electrificadora se vio abocada a girar casi más de un 40% de su recaudo, mensual
hasta llegar a no pago. Esto motivo una demanda del contratista por $150.000
millones, por medio de un abogado famoso de Ibagué, que solo ve sino su bolsillo,
termino en un fallo judicial en casi $70.000 millones. De $500 millones una
obra termina en $70.000 millones. Puede ser que los trabajadores tuviera alguna
culpa en el fracaso de la Electrificadora, pero comparen; las dos liquidaciones
a los trabajadores llego a $30.000 millones, consecuencia de casi 50 años de
trabajo, mientras el BOOT costo $70.000 millones en un periodo de 5 años.
Señor excongresista García, la
zona del BOOT necesitaba la obra, pero no esa infraestructura adecuada para el
bolsillo el contratista, ni tampoco con todas esas irregularidades que se
presentaron y, la quiebra de la electrificadora, que el señor Peñaloza gerente
posterior le dio el “tiro de gracia” con una contratación sin necesidad de
$30.000 millones, quince días antes de ser destituido.