La marcha de la muerte el objetivo de las EPS.
Podemos asimilar
lo que está sucediendo con el servicio que están prestando las EPS en Colombia,
con la famosa marcha de la muerte que protagonizaron los Japoneses en la
segunda guerra mundial después de la batalla de Bataán, donde los japoneses
solo tenían previsto capturar 25 000 combatientes, por lo tanto no existía
la logística necesaria para trasladar a más de 75 000 prisioneros que cogieron,
buscaron el camino más fácil, resolvieron eliminarlos sistemáticamente en un recorrido de 85 Km, eso
está pasando con nuestras EPS, no tenían
la logísticas de cumplir el mando constitucional de atender a todos los
colombianos, un idealismo con todas las buenas intenciones y razonables, pero
no practico, pues este Estado y sus instituciones jurídicas que reparten dinero a “diestra y
siniestra”, sin considerar sus resultados, afectaron seriamente a la EPS, empeorando
su mal servicio y el objetivo inicial de
ganar dinero con la salud de los colombianos y no ser un medio para prestar un buen
servicio.
Nuestras instituciones Jurídicas dictan normas
y disposiciones, como si vivieran en Dinamarca y, no se dan cuenta que Colombia
no es un nación rica. Mientras descaradamente las EPS usan el poco dinero que les llega en negocios
particulares, como Saludcoop, con toda la impunidad posible, con la complicidad
de reconocidos políticos, sin recato alguno, son socios por debajo de cuerda o
reciben “mermelada” para sus elecciones, y como consecuencia no prestan un
servicio pronto y eficaz a los usuarios, expidiendo autorizaciones ya cuando el
paciente ha fallecido, como si conocieran de antemano el hecho funesto.
Cuando el
expresidente Uribe, en su “sabia sabiduría” ideo en el congreso esta ley, debía
conocer que era una ley nefasta, pues ya había experiencia en otros países
donde el Neoliberalismo referente a la salud había puesto a las EPS, con el
objetivo de recaudar dinero y no de usarlo para prestar un buen servicio.
Quiera Dios, que la llegada de los partidarios de Uribe, no agraven más el
problema que afecta a toda la población de Colombia, ya que fortalecer las EPS
que según se manifiesta es el objetivo de la nueva reforma, sería dar más “mermelada” y la salud sufriría “la peste negra”, un medio eficaz para
contrarrestar la sobrepoblación. .
Gossain en
su columna en el Tiempo; “cuando los
pacientes de las EPS mueren sin atención”, hace un recorrido y señala las
burlas que hacen ante las disposiciones de las numerosas entidades del Estado,
que parecen solo oficinas burócratas, para solo dar puesto a los amigos de los
políticos y no realizar su función real.
Si en las regiones llueve, en Bogotá está cayendo
el diluvio universal: no hay rincón de Colombia, grande o pequeño, que se salve
de la crisis por la que atraviesa el sistema de salud, que ya hizo metástasis,
como una enfermedad dañina, en el cuerpo entero del país, y que lo invade todo,
desde las aldeas que se arraciman en la orilla del mar hasta las imponentes
ciudades de la montaña o de la llanura.
El barrio La Victoria, por ejemplo, es uno de los
sectores populares más pobres y vulnerables del sur de Bogotá. El 4 de enero
pasado, en el Hospital de La Victoria, le extirparon un cáncer de colon a un
paciente de doce años. No fue posible cerrarle la herida quirúrgicamente. A los
tres días, su padre, el ciudadano Oswaldo Torres Hormaza, imploró con angustia
que examinaran a su hijo porque expedía mal olor.
Los médicos ordenaron su traslado inmediato a una
unidad de cuidados intensivos pediátricos, pero nadie les hizo caso. Fue
entonces cuando el padre, desesperado, llamó por teléfono a la línea de
urgencia de la Personería Distrital pidiendo ayuda. Los personeros llamaron al
hospital. Tengo en mis manos la grabación de aquel diálogo. Cada vez que la
oigo siento que algo me está quemando en la cabeza.
–Huy, nooooo, conque mucha Personería y todo
–contesta, burlándose, una voz de mujer.
–Huy, qué miedo –repite otra, que pasó a la línea–.
La Personería, la Contraloría, la Procuraduría, la Fiscalía, todas las ‘ías’.
Qué miedo. Un día de estos les hacemos una huelga.
Y colgó el teléfono. Vuelven a llamar y vuelven a
colgarles. Mientras tanto, el enfermo agonizaba. Ante esa actitud, los
personeros llamaron directamente al gerente del hospital, quien dispuso que al
amanecer del día siguiente el muchacho fuera trasladado al Hospital Santa
Clara. Así se hizo, pero de La Victoria no enviaron la historia clínica del
paciente, por lo cual se retrasó la operación urgente que requería. El tiempo
apremiaba. Los funcionarios de la Personería se vieron obligados a intervenir
de nuevo, obtuvieron por fin una copia en disco compacto y la enviaron al Santa
Clara.
Cuando llegaron, el joven Torres acababa de morir.(Gossain,
2014)
Esta
narración de Gossain, no es un hecho aislado, sucede continuamente en Bogotá,
como será en el resto del país, donde en muchas partes el señor Personero no
cumple las disposiciones del mandato constitucional de proteger a los
ciudadanos. Pero el personero de Bogotá,
Ricardo Cañón Prieto, se ha puesto a visitar de día y de noche hospitales y recibir
quejas contras muchas EPS, dieciocho denuncias penales por muerte de pacientes
a causa de la falta de atención en instituciones de salud. Lo irónico es que la
Fiscalía no sabe cómo manejar estos casos, según el Personero porque no tiene
antecedentes, por ejemplo: cuando el famoso BOOT de Electrolima, fui a declarar a la fiscalía y, me encontré
con la sorpresa que no conocían en ese tiempo que era un BOOT.
Entre los denunciados están funcionarios y
directivos de los hospitales de Fontibón, El Tunal, Engativá, Santa Clara y La
Victoria, además de las clínicas Nicolás de Federmann, Médicos Asociados,
Veraguas, Jorge Piñeros y Palermo. Las denuncias de la Personería también
incluyen a empresas de salud (EPS) como Saludcoop, Capital Salud, Unicajas,
Caprecom, Nueva EPS, Solsalud, Cruz Blanca, Coosalud, Humana Vivir y
Colsubsidio.(Gossain, 2014)
Tantas
leyes disposiciones que nadie cumple, entonces en qué país vivimos?; el país que
nos ufanamos de leyes o el país de
“cafres” como muy acertadamente lo dijo el maestro Echandia hace muchos años.
Lo más
grave es lo que manifiesta el personero de Bogotá:
Cómo será nuestra indiferencia ante la crisis de la
salud”, me dice el personero, “que Colombia tiene fiscalías delegadas para
todos los temas: de narcotráfico y lavado de activos, de justicia y paz, de
terrorismo, de derechos humanos y hasta una fiscalía delegada para el robo de
automóviles, pero en cambio no hay una para la salud.(Gossain, 2014)
Mientras
tanto los congresistas no buscan ninguna forma de arreglar el problema se hace
los desentendidos por razones particulares y se sigan con el camino de la
muerte de los usuarios, mientras el procurador busca errores jurídicos en las disposiciones
como si la muerte diera espera. Estos personajes como en el “circo romano”,
esperan que los vuelvan a elegir, para les digamos los que vamos a morir; “os saludamos”.
En solo Bogotá el personero encontró 122 casos
de personas hospitalizadas que murieron esperando que Caprecom ordenara
atenderlas. La orden llegó tarde o no llegó nunca.
Muchos
creerán que esto es una alarma injustificada, pero Gossain resumen cantidad de
casos con nombres, fechas y hechos. Puedo resumir para que vean la magnitud del
problema, que quiera dios no vayamos a caer en este camino a la muerte, en
cinco hechos de dolor
1– Jorge Tulio García Cardona. 59 años. Hospital de
Fontibón. Médicos piden a Caprecom la orden para trasladarlo a la unidad de
cuidados intensivos el 23 de mayo del 2013. Murió el 6 de agosto. Habían pasado
tres meses. La orden nunca llegó.
2– Héctor Horacio Hueso Benito. Hospital Simón
Bolívar. Piden la orden para una consulta de control renal el 27 de noviembre
del 2012. Murió el 12 de febrero del 2013. Esperó 2 meses y medio.
3– Noemí Largo de Lozano. 58 años. Hospital Simón
Bolívar. El 7 de diciembre del 2012 piden orden para extirparle un tumor. Murió
el 15 de febrero del 2013. Pasaron 2 meses y una semana.
4– Identificado como Arismendi Arismendi. 58 años.
Hospital Simón Bolívar Radiografía y lavado de bronquios. Solicitud: 11 de
julio del 2012. Murió el 15 de septiembre. Dos meses y cuatro días de espera.
5– Norbeyi Álvarez Corso. 5 meses de nacida.
Hospital Simón Bolívar. Solicitan orden para radiografías del tórax el 2 de
enero del 2013. Fallece el 18 de febrero. Esperó un mes y medio.(Gossain, 2014)
Instituciones
que no tienen un verdadero poder como la Superintendencia de Salud, se queja
uno, le envían a la EPS la queja, contesta como se la da la gana y sigue
contestando a su antojo sin que esta institución asuma una función activa de
sancionarla o exigirle que cumpla lo que se le pide. Esto lo digo en mi caso
particular de una droga que receto una especialista, tuve que ir entre los numerosos
sitios de atención a un lugar donde se dan estas autorizaciones, me la negaron
por no traer unos datos, que están en las computadoras de la institución y en
ese sitio curiosamente no existe estas computadoras,
reclame el hecho y contestaron nuevamente que sus normas eran así, se
abstuvieron de decir; para burlarse del usuario, he vuelto a reclamar que
especifiquen, porque teniendo toda mi información en computadora usada por
medico e especialistas me exigen llevarla por escrito. Es un caso sencillo para
que la flamante Superintendencia de Salud se pronuncie, pero hasta ahora nada.
Sera que se
puede cortar este nudo “gordiano” de la salud, separar el negocio de la prestación del
servicio, espero que suceda, sino seguimos esperando muertos por la negligencia
de nuestros legisladores que están prometiendo “el oro y el moro” , para ser elegidos.
Gossain Juan 2014.Cuando los pacientes de las EPS mueren sin atención. El Tiempo 28
de Enero del 2014, Bogotá