martes, 18 de febrero de 2014



La marcha de la muerte  el objetivo de las EPS.

  Podemos asimilar lo que está sucediendo con el servicio que están prestando las EPS en Colombia, con la famosa marcha de la muerte que protagonizaron los Japoneses en la segunda guerra mundial después de la batalla de Bataán, donde los japoneses solo tenían previsto capturar 25 000 combatientes, por lo tanto no existía la logística necesaria para trasladar a  más de 75 000 prisioneros que cogieron, buscaron el camino más fácil,  resolvieron eliminarlos  sistemáticamente en un recorrido de 85 Km, eso está pasando con nuestras  EPS, no tenían la logísticas de cumplir el mando constitucional de atender a todos los colombianos, un idealismo con todas las buenas intenciones y razonables, pero no   practico,  pues este  Estado  y sus instituciones  jurídicas que reparten dinero a “diestra y siniestra”, sin considerar sus resultados, afectaron seriamente a la EPS, empeorando su mal servicio y el objetivo inicial  de ganar dinero con la salud de los colombianos  y no ser un medio para prestar un buen servicio.
    Nuestras instituciones Jurídicas dictan normas y disposiciones, como si vivieran en Dinamarca y, no se dan cuenta que Colombia no es un nación rica. Mientras descaradamente las EPS  usan el poco dinero que les llega en negocios particulares, como Saludcoop, con toda la impunidad posible, con la complicidad de reconocidos políticos, sin recato alguno, son socios por debajo de cuerda o reciben “mermelada” para sus elecciones, y como consecuencia no prestan un servicio pronto y eficaz a los usuarios, expidiendo autorizaciones ya cuando el paciente ha fallecido, como si conocieran de antemano  el hecho funesto.
    Cuando el expresidente Uribe, en su “sabia sabiduría” ideo en el congreso esta ley, debía conocer que era una ley nefasta, pues ya había experiencia en otros países donde el Neoliberalismo referente a la salud había puesto a las EPS, con el objetivo de recaudar dinero y no de usarlo para prestar un buen servicio. Quiera Dios, que la llegada de los partidarios de Uribe, no agraven más el problema que afecta a toda la población de Colombia, ya que fortalecer las EPS que según se manifiesta es el objetivo de la nueva reforma, sería dar  más “mermelada”  y la salud sufriría  “la peste negra”, un medio eficaz para contrarrestar la sobrepoblación. .
   Gossain en su columna en el Tiempo;  “cuando los pacientes de las EPS mueren sin atención”, hace un recorrido y señala las burlas que hacen ante las disposiciones de las numerosas entidades del Estado, que parecen solo oficinas burócratas, para solo dar puesto a los amigos de los políticos y no realizar  su función real.

Si en las regiones llueve, en Bogotá está cayendo el diluvio universal: no hay rincón de Colombia, grande o pequeño, que se salve de la crisis por la que atraviesa el sistema de salud, que ya hizo metástasis, como una enfermedad dañina, en el cuerpo entero del país, y que lo invade todo, desde las aldeas que se arraciman en la orilla del mar hasta las imponentes ciudades de la montaña o de la llanura.
El barrio La Victoria, por ejemplo, es uno de los sectores populares más pobres y vulnerables del sur de Bogotá. El 4 de enero pasado, en el Hospital de La Victoria, le extirparon un cáncer de colon a un paciente de doce años. No fue posible cerrarle la herida quirúrgicamente. A los tres días, su padre, el ciudadano Oswaldo Torres Hormaza, imploró con angustia que examinaran a su hijo porque expedía mal olor.
Los médicos ordenaron su traslado inmediato a una unidad de cuidados intensivos pediátricos, pero nadie les hizo caso. Fue entonces cuando el padre, desesperado, llamó por teléfono a la línea de urgencia de la Personería Distrital pidiendo ayuda. Los personeros llamaron al hospital. Tengo en mis manos la grabación de aquel diálogo. Cada vez que la oigo siento que algo me está quemando en la cabeza.
–Huy, nooooo, conque mucha Personería y todo –contesta, burlándose, una voz de mujer.
–Huy, qué miedo –repite otra, que pasó a la línea–. La Personería, la Contraloría, la Procuraduría, la Fiscalía, todas las ‘ías’. Qué miedo. Un día de estos les hacemos una huelga.
Y colgó el teléfono. Vuelven a llamar y vuelven a colgarles. Mientras tanto, el enfermo agonizaba. Ante esa actitud, los personeros llamaron directamente al gerente del hospital, quien dispuso que al amanecer del día siguiente el muchacho fuera trasladado al Hospital Santa Clara. Así se hizo, pero de La Victoria no enviaron la historia clínica del paciente, por lo cual se retrasó la operación urgente que requería. El tiempo apremiaba. Los funcionarios de la Personería se vieron obligados a intervenir de nuevo, obtuvieron por fin una copia en disco compacto y la enviaron al Santa Clara.
Cuando llegaron, el joven Torres acababa de morir.(Gossain, 2014)

   Esta narración de Gossain, no es un hecho aislado, sucede continuamente en Bogotá, como será en el resto del país, donde en muchas partes el señor Personero no cumple las disposiciones del mandato constitucional de proteger a los ciudadanos.   Pero el personero de Bogotá, Ricardo Cañón Prieto, se ha puesto a visitar de día y de noche hospitales y recibir quejas contras muchas EPS, dieciocho denuncias penales por muerte de pacientes a causa de la falta de atención en instituciones de salud. Lo irónico es que la Fiscalía no sabe cómo manejar estos casos, según el Personero porque no tiene antecedentes, por ejemplo: cuando el famoso BOOT de Electrolima,  fui a declarar a la fiscalía y, me encontré con la sorpresa que no conocían en ese tiempo que era un BOOT.

Entre los denunciados están funcionarios y directivos de los hospitales de Fontibón, El Tunal, Engativá, Santa Clara y La Victoria, además de las clínicas Nicolás de Federmann, Médicos Asociados, Veraguas, Jorge Piñeros y Palermo. Las denuncias de la Personería también incluyen a empresas de salud (EPS) como Saludcoop, Capital Salud, Unicajas, Caprecom, Nueva EPS, Solsalud, Cruz Blanca, Coosalud, Humana Vivir y Colsubsidio.(Gossain, 2014)

   Tantas leyes disposiciones que nadie cumple, entonces en qué país vivimos?; el país que nos ufanamos de leyes o el  país de “cafres” como muy acertadamente lo dijo el maestro Echandia hace muchos años.
   Lo más grave es lo que manifiesta el personero de Bogotá:
Cómo será nuestra indiferencia ante la crisis de la salud”, me dice el personero, “que Colombia tiene fiscalías delegadas para todos los temas: de narcotráfico y lavado de activos, de justicia y paz, de terrorismo, de derechos humanos y hasta una fiscalía delegada para el robo de automóviles, pero en cambio no hay una para la salud.(Gossain, 2014)

 Mientras tanto los congresistas no buscan ninguna forma de arreglar el problema se hace los desentendidos por razones particulares y se sigan con el camino de la muerte de los usuarios, mientras el procurador busca errores jurídicos en las disposiciones como si la muerte diera espera. Estos personajes como en el “circo romano”, esperan que los vuelvan a elegir, para les digamos los que vamos a morir; “os saludamos”. 
   En solo Bogotá el personero encontró 122 casos de personas hospitalizadas que murieron esperando que Caprecom ordenara atenderlas. La orden llegó tarde o no llegó nunca.
   Muchos creerán que esto es una alarma injustificada, pero Gossain resumen cantidad de casos con nombres, fechas y hechos. Puedo resumir para que vean la magnitud del problema, que quiera dios no vayamos a caer en este camino a la muerte, en cinco hechos de dolor

1– Jorge Tulio García Cardona. 59 años. Hospital de Fontibón. Médicos piden a Caprecom la orden para trasladarlo a la unidad de cuidados intensivos el 23 de mayo del 2013. Murió el 6 de agosto. Habían pasado tres meses. La orden nunca llegó.
2– Héctor Horacio Hueso Benito. Hospital Simón Bolívar. Piden la orden para una consulta de control renal el 27 de noviembre del 2012. Murió el 12 de febrero del 2013. Esperó 2 meses y medio.
3– Noemí Largo de Lozano. 58 años. Hospital Simón Bolívar. El 7 de diciembre del 2012 piden orden para extirparle un tumor. Murió el 15 de febrero del 2013. Pasaron 2 meses y una semana.
4– Identificado como Arismendi Arismendi. 58 años. Hospital Simón Bolívar Radiografía y lavado de bronquios. Solicitud: 11 de julio del 2012. Murió el 15 de septiembre. Dos meses y cuatro días de espera.
5– Norbeyi Álvarez Corso. 5 meses de nacida. Hospital Simón Bolívar. Solicitan orden para radiografías del tórax el 2 de enero del 2013. Fallece el 18 de febrero. Esperó un mes y medio.(Gossain, 2014)

   Instituciones que no tienen un verdadero poder como la Superintendencia de Salud, se queja uno, le envían a la EPS la queja, contesta como se la da la gana y sigue contestando a su antojo sin que esta institución asuma una función activa de sancionarla o exigirle que cumpla lo que se le pide. Esto lo digo en mi caso particular de una droga que receto una especialista, tuve que ir entre los numerosos sitios de atención a un lugar donde se dan estas autorizaciones, me la negaron por no traer unos datos, que están en las computadoras de la institución y en ese sitio curiosamente  no existe estas computadoras, reclame el hecho y contestaron nuevamente que sus normas eran así, se abstuvieron de decir; para burlarse del usuario, he vuelto a reclamar que especifiquen, porque teniendo toda mi información en computadora usada por medico e especialistas me exigen llevarla por escrito. Es un caso sencillo para que la flamante Superintendencia de Salud se pronuncie, pero hasta ahora nada.
  Sera que se puede cortar este nudo “gordiano” de la salud,  separar el negocio de la prestación del servicio, espero que suceda, sino seguimos esperando muertos por la negligencia de nuestros legisladores que están prometiendo  “el oro y el moro” , para ser elegidos.

 Gossain Juan 2014.Cuando los pacientes de las EPS mueren sin atención. El Tiempo 28 de Enero del 2014, Bogotá