domingo, 12 de junio de 2011

El cambio de camiseta de lo público a lo privado, ha generado corrupción.
Por: Hugo Neira Sánchez
Se busca por todos los medios de acabar la corrupción o "llevar la corrupción a sus justas proporciones", de acuerdo a  una frase lapidaria que se atribuye en los corrillos de coctel al ex presidente Julio Cesar Turbay Ayala, pero en Colombia las proporciones no se dan, la corrupción es rampante,  no da tregua, y la habrá aunque no lo quieran. Aunque no estoy de acuerdo con los Nule, quienes manifestaron que la corrupción es inherente  al ser humano, tristemente no hay regimen en el mundo que no la sufra, la ambición es la tentación más fuerte. Castigar por medio de leyes, o decretar la ejecución a los corruptos,  como lo hacen en la China,  realmente no lo soluciona, ya que la rentabilidad que da, paga para muchos hacerlo, unos años de cárcel y salen con un dinero que nunca  lo hubieran ganado en toda su vida honestamente para él y  su familia, mientras la sociedad “hipócrita” luego los reciben con los brazos abiertos. Algún cínico decía que el dinero no “huele”.
Creo que atacando las bases de este mal,  impide a la persona no  embárquese  a defraudar al estado, una de estas que se ha estado estudiando es de prohibir e inhabilitar por algunos años, al individuo que pase de ocupar un puesto público a uno privado,  donde ha tenido control e injerencia  en un oficio semejante al que va a desempeñar. La ley existe pero para seis meses, como la mayoría de las leyes en Colombia  hasta ahora ha sido violada,  por ejemplo;  en el caso del BOOT de la electrificadora del Tolima, el ganador de este contrato siempre tuvo en el Icel y el Ministerio de Minas alguien que le colaboro para ganar contratos. Una vez renuncio,  el personaje sin esperar seis meses como decía la ley, acepto la gerencia del BOOT sin sonrojarse, esto  se puso en consideración  en su tiempo, ante los entes de control: Fiscalía, Procuraduría, Contraloría pero no fue posible ninguna sanción, pues  se exigía un documento donde  apareciera la firma de este personaje con las fechas  previstas a la violación  de la ley,  pero esta documentación  no la quiso entregar en esa época el gerente de Electrolima el señor Peñaloza. Por las formas como manejo el BOOT este señor como miembro de la Junta directiva de la Electrificadora del Tolima, con el ex gobernador Peñaloza que en paz descanse,  solo fueron sancionados  por la Procuraduría a dejar sus cargos, muchos años después en que ya no eran funcionarios públicos.
Como siempre en el caso de los entes de control, después de exhaustivas investigaciones como dicen siempre llegan tarde, y se ha ensayado todas las formas de control la pre, la cual  paro la administración y fue más funesta pues la corrupción paso de la administración al control, o la posterior cuyo resultado lo estamos viendo. Los españoles en la época de la “Colonia”, también tenían este problema y se inventaron los famosos “juicios de residencia”, más efectivos que todas las leyes que se están creado,  donde colocaban en la palestra al funcionario dimitente, allí los ciudadanos podían hacer sus acusaciones,  para juzgarlos  prontamente, sin tener todo ese laberinto de papeleo y pérdida de tiempo, que acaba en la impunidad y con los tiempos vencidos.        
Otro de las cosas que me han llamado la atención es los golpes de “pecho”, que se dan algunos personajes que tuvieron en su tiempo casos similares cuando eran personajes públicos,  para investigar y castigar,  y ahora pontifican en sendas columnas con todo su derecho, en periódicos nacionales lo que había podido hacer y no lo hicieron. Mi pregunta es porque? Es el caso de nuestro ilustre ex fiscal tolimense, Alfonso Gómez Méndez, hombre ilustre, fuera de toda sospecha, a quien llevamos en su tiempo toda la documentación sobre el problema del BOOT,  se le entrego los documentos personalmente por una delegación de los Jubilados de Electrolima, y hasta ahora no conocemos ningún fallo sobre eso, y que hizo esos documentos, pero si recientemente ha publicado sendos artículos en el periódico “El Tiempo”: “Ante la corrupción rapante” (Miércoles 11 de Mayo 2011) y “ ¿Contratos + Políticos = corrupción” ( Miércoles 18 de Mayo 2011), donde manifiesta: “La privatización del Estado no alejo a los políticos, como se pensaba sino que los convirtió en catalizadores de la corrupción” y “Es preciso respaldar a los organismos judiciales y de control en sus tareas y pedirles que no desfallezcan. Pero bien les conviene mirar el pasado reciente”. Sabias palabras de alguien que tuvo en sus manos,  judiciar  y castigar procedimientos administrativos no muy claros,  como  el BOOT, pero no lo hizo, esto muestra una vez más que entre predicar y practicar,  hay una gran distancia de actuación en nuestros hombres públicos. Mi pregunta del millón es porque estas sabias palabras no las realizo en el BOOT?. Sabrá Dios?