sábado, 21 de mayo de 2011

Exposición  del Museo de Oro de  Bogotá de “Tolima Milenario, un viaje por la diversidad”
7 de abril - 21 de agosto de 2011
Por: Hugo Neira Sánchez
Por azar visite el Museo de Oro en Bogotá, donde me encontré una exhibición   hasta el 21 de agosto, con colaboración de la Universidad del Tolima y el Banco de la República con sede en Ibagué de una muestra arqueológica del Tolima, con  el nombre de “Tolima Milenario, un viaje por la diversidad” , donde se muestra la presencia humana más antigua en Colombia, en el cálido valle del Magdalena y las vertientes de las cordilleras Central y Oriental, en el norte del Huila y en el Tolima, donde vivieron hace 16.000 años grupos dedicados a la caza, la pesca y la recolección. Realmente es un  orgullo ver  la inmensa variedad de diseños de  piezas, entre pectorales, colgantes de orejera, cuentas, collares y demás objetos, donde se esquematizan la figura humana mediante ángulos rectos y miembros en escuadra, cuya armonía geométrica aún es asunto de admiración para disciplinas como el diseño y el arte. En ellas son comunes las figuras zoomorfas y antropomorfas, híbridos como peces alados y terminaciones en forma de ancla que evocan colas de felino, así como los pendientes y pectorales con formas esquemáticas de murciélagos[1],  y se observa las formas como enterraban sus muertos, desde  pozos a vasijas,  acompañados de figuras de anfibios y reptiles.
Hace poco más de sesenta años, los arqueólogos Julio César Cubillos Chaparro y Gerardo Reichel-Dolmatoff iniciaron las investigaciones arqueológicas en el departamento del Tolima, una tarea que hizo frente al deterioro y a los saqueos de los que las piezas patrimoniales eran objeto desde épocas de la Conquista. Sus estudios y los de sus continuadores permiten hoy en día narrar una historia de 13.000 años de antigüedad. Excavaciones arqueológicas en los municipios de Chaparral, Roncesvalles y Fresno, han confirmado que los primeros habitantes de la región existieron entre el año 11.000 y 3.500 a.C., y que hacia el año 1000 a.C. comenzó un proceso de trasformación cultural que se caracterizó por la formación de pequeñas aldeas de agricultores y ceramistas que extrajeron oro de la cuenca del río Saldaña e iniciaron la orfebrería[2].
Curiosamente en casi todas las civilizaciones antiguas  los muertos siempre fueron  acompañados al mas allá, con figuras de animales hasta con personas. De acuerdo a datos por Internet esta exposición fue inaugurada en Ibagué el 22 de abril de 2010 hasta el 18 septiembre con visitas de 15.132 personas, para el futuro ha sido programada   para recorrer el país durante 5 años, hasta el año 2014. Entre la exhibición de Ibagué y la de Bogotá, hubo cambios, se agregaron piezas arqueológicas, se hicieron ajustes, modificaciones, se le agrego un  lenguaje de compresión para incluir a todos los visitantes, realmente un montaje acogedor de cultura.    Mi sorpresa realmente fue grande, pues no sé donde he vivido, ya que hasta ahora conocí esta diversidad de arqueología recogida por la U. del Tolima, y más las piezas encontradas en municipios como Roncesvalles, que da  idea del paso natural hacia el Valle, paso que no ha sido tomado en cuenta, siendo que un estudio japonés lo hizo viable hace algunos años,  para unir al Valle y el Tolima con una supercarretera.  Fuera de estos años expuestos,  en la era cristiana cuando llegaron los españoles, Roncesvalles era la frontera entre Pijaos y Quimbayas, no se olvide que los Pijaos en una excursión punitiva quemaron a la recién fundada Cartago.   
Ibagué a buscando en diversas formas su futuro: En la Agroindustria, como ciudad Universitaria, como ciudad Musical, como ciudad  de jubilados, sede de sus productos autóctonos  como el tamal, la lechona, los biscochos de achira, pero no lo ha hecho en forma estable como lo hacen las ciudades del mundo con un museo regional arqueológico, como este museo que va a visitar durante 5 años las diversas regiones de Colombia, mostrando el ancestro arqueológico del Tolima. Porque no hacer un Museo serio regional en Ibagué,  con ayuda financiera pública y privada de todo el soporte arqueológico que tiene la U. del Tolima, con suficiente propaganda para beneficiar a todos, atrayendo a extraños y locales,  en lugar de un museo errante como las  culturas mostradas.  Me parece un error mostrar  a otros lo que somos, sin beneficio alguno para la región, en lugar   de aprovechar de ello. Sino teníamos que decir como el maestro Echandia “Para que este Museo errante”. Seamos orgullosos de lo nuestro.
[2] Tolima: 13.000 años de historia. guiarte.com. Bogotá. 2011. Información adicional: www.banrepcultural.org/museo-del-oro