miércoles, 17 de octubre de 2012


Roncesvalles en el Tolima cuna del emblema Nacional; “la Palma de Cera”.

 Generalmente cuando se habla sobre la “palma de cera”, emblema Nacional, se refieren siempre  al valle de Cócora, pero nunca se menciona a Roncesvalles (Tolima), donde existe   la mayor  cantidad de “palmas de cera” del pais.
El nombre de Roncesvalles nos traslada a la época medieval de los españoles, al desfiladero de Roncesvalles del Pirineo de Navarra (España), en la que la retaguardia del ejército de Carlomagno mandada por Roldán fue diezmada en una emboscada efectuada por vascones.
El nombre de Roncesvalles fue colocado por un grupo de colonizadores Antioqueños al principio del siglo XX, en su última meta de esta magna empresa; “La colonización Antioqueña” que avanzo por toda la cordillera central hacia el sur por las dos vertientes, donde traían apellidos, familia, maíz, cerdos, etc. y, la estructura completa social del pueblo antioqueño incluyendo las “fufurufas”.
 No se explica que una región tan hermosa, fértil, productora de leche y agricultura, la violencia se halla ensañado contra ella durante más de cincuenta años, lo digo a propósito de un artículo de un señor Arteta (guerrillero Fariano) en la revista “Semana”, donde dice a propósito de las negociaciones que se van a efectuar en Oslo, los Colombianos no hemos comprendido el mensaje de la FARC. Empezando por las palabras que dijo Marulanda en el Caguàn sobre las gallinas y cerdos que le robaron y la referencia a los “chulavitas”, pues los periódicos se habían burlado de él y no habían visto el contexto social de sus palabras, lo más extraño de esas palabras, es que ese contexto social no se tradujo en hechos reales sociales en su misma clase social; los campesinos y el ejemplo más papable es Roncesvalles, región martirizada por su presencia en lugar de avanzar quedo estancada en su tiempo con muertes, amenazas y solo con una presencia cruel de un grupo guerrillero que no admitía ni admite todavía sino su poder armado, es por ejemplo en años anteriores, la muerte de un pobre “quesero” en la plaza de principal de Roncesvalles, sin causa alguna por un borracho inadaptado Fariano,  cuya protesta de este hecho lo hizo un concejal por carta al incomprendido Marulanda, en lugar de corregir esto, no solo no mando a leer al causante, como lo hacían con sus militantes cuando cometían crímenes atroces, sino que el concejal consiguió su muerte en la forma más vil. No somos brutos! señor Arteta comprendimos el mensaje.
 Lo peor es que quieren repetir lo del Caguàn, mandando a los campesinos, exponiéndolos a manifestaciones sin razón alguna, a que soliciten ser incluidos en el grupo de negociación, para provecho propio, pero nunca ellos les piden perdón por las “minas”, desplazamientos etc., y, por todo el dinero que enterraron sin provecho alguno, en región o personal, obligándoles hoy a pedir lo imposible. Todos los colombianos tenemos derecho a un puesto en las negociaciones y, más los campesinos que han sufrido en carne propia durante más de cincuenta años, esta violencia “imbécil”, pero si fueran llamados todos los grupos sociales de Colombia tendrían un estadio completo, cuyos efectos terminarían en el circo del Caguàn, tres meses de continua exposición de cada uno de los colombianos que pudieron llegar allí, con proyectos e ideas,  llenando cantidad de archivos con información muy interesante particular, pero inútil para la paz.
Me desvié un poco sobre el propósito que tenemos de proteger la “palma de cera” y, lo podemos hacer como lo están haciendo en Roncesvalles con dos propósitos;  protección animal y  vegetal. Al proteger el loro “orejiamarillo”, protegemos su habitad que es la palma de cera. El loro es andino del tamaño de una pequeña guacamaya, aproximadamente 42 cm, en edad adulta. De hábitos gregarios, realiza desplazamientos regionales y tiene una estrecha relación con las palmas de cera. Me alegra mucho del plan de protección del loro implantado por  la alcaldía de Roncesvalles en las escuelas y colegios del municipio,  comenzando con 100 ejemplares que existían al comenzar el proyecto,  ha alcanzado niveles históricamente altos con 727 individuos, con 291 polluelos registrados en 131 nidos (octubre 2010). Loros que se estaban extinguiendo y de complemento la Palma de Cera.
Si nos llega la Paz deseada este territorio se volverá un sitio turístico, muy importante, con un turismo ecológico de moda actualmente; volver a la naturaleza y compartir con ella su belleza y su armonía territorial, con  cabalgatas que comenzaría en Cajamarca y podía terminar en Chaparral, andando por la región más bella del país, con sus quebradas, riachuelos, disfrutando de una buena trucha, con alojamientos apropiados, respirando aire puro, contemplando su paisaje, el atardecer y la Palma de Cera en toda su plenitud con el gorgojeo y el vuelo de los loros “orejiamarillo” y, desde sus alturas se podrá ver el valle medio del Magdalena y a lo lejos el resplandor del bien perdido del Tolima  por la ineptitud de nuestros políticos; La represa de Hidroprado. Soñar no cuesta nada. Pero para esto necesitamos la paz real, sin Minas ni malhechores, prometiendo “paraísos terrenales”, que solo existen en mentes ilusas, “mamertas”  y  perversas.  
A veces los sueños son la realidad donde menos se piensa, no acababa de terminar este articulo cuando encontré en el periódico “El Tiempo”, que esto que estoy deseando para esta región lo están haciendo en el Quindío, un Tour cordillerano que está seduciendo a los extranjeros especialmente Europeos (Españoles, Alemanes etc.), un recorrido en Willys y la interacción con el paisaje cafetero.
El Tour cordillerano, que creó la agencia española Banoa, se debe al interés de de los extranjeros por conocer  regiones con un turismo diferente al que se ofrece en el Mundo,  es un paquete de 26 días para visitar  15 municipios, incluyendo el Tour Cordillerano. Cuesta 3.100 euros por persona.
Esta aventura se realiza sobre el famoso Jeep Willys y,  comienza en el Centro Nacional para el Estudio Bambú Guadua. Llega luego al municipio de  Córdoba, donde la foto en la plaza, con la cordillera central de fondo, no puede faltar, siguiendo por una carretera empedrada, hasta Pijao (Quindío). Allí, los turistas cumplen una de las actividades más pedidas: conocer detalles de la compra, venta de café y tener contacto directo con los agricultores.
A mediodía se disfruta de un almuerzo típico de la región, acompañado de un buen café. El tour sigue su recorrido por una vía estrecha a 1.600 metros sobre el nivel del mar que permite ver los cafetales los paisajes del Valle.
Se llega entonces a la hacienda El Balcón, para realzar un  reconocimiento de los  cultivos y detallar el proceso de recolección de café. Las historias de guaqueros ambientan la visita, antes de partir hacia Buenavista (Quindío), 10 minutos, donde el atractivo son los miradores naturales.
Todo esto se debe según un turista español de nombre Aurelio Martínez, quien escogió este destino porque le pareció más interesante que otras opciones como Tanzania, Zimbabwe o China. "No queríamos ver más animales, era muy repetitivo, preferimos una inmersión en la cultura cafetera y les vendí la idea a mis compañeros de viaje porque nos gusta el turismo vivencial como este".
Mientras tanto aquí  en el Tolima y cerca de Ibagué,  a este lado de la cordillera lo que tenemos en nuestro medio ambiente no lo apreciamos, pues podemos mostrar lo mismo que la zona cafetera del Quindío y,  hacer un turismo adecuado para esta época; ecológico y, no el de las borracheras y el desorden del folclor. Nuestros dirigentes ciegos en la burocracia  no lo aprovecha y, seguimos desalojando las margaritas buscando nuestro futuro, teniendo a la mano  todo, demostrando nuestra inoperancia para aumentar el empleo, o esperando como “opitas”  como dijo el señor Alcalde de Ibagué actual,  disminuir el desempleo con la construcción de las casas que va a regalar el gobierno Nacional, como si todos los desempleados fueran obreros.